Llevo dos días metida en casa sin poder moverme, me he roto un dedo del pié y debo tenerlo quietecito. He decidido, ir recuperando algunas fotos de archivo para ir editando y seguir aprendiendo. Lo peor el tema de este mes de La vuelta el mundo, son fotos a vista de pájaro o perspectiva aérea, así que tendré que adaptarme, porque no me veo yo subiendo a escaleras ni encaramándome a una torre.
Entre las fotos, tenía algunas realizadas este mismo otoño, de unos cardos. Los cardos los veo un poco como la hermana repudiada de las flores, no será por las espinitas ya que muchas flores con fama las tienen, supongo que serán porque están rodeadas de sequedad y porque no tienen fuertes y llamativos colores, por no tener no tienen ni olor. Así que aprovechando que las tenía me he propuesto demostrar que los cardos, pueden ser bonitos.
Que te mejores cariño! y tus fotos son a lu ci nan tes!
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Por fin he parado... el tiempo suficiente para hacer un comentario. Y es que estos cardos casi se pueden sentir, en su áspera sequedad. Sólo no estoy de acuerdo en una cosa: creo que los cardos huelen, y que lo hacen exactamente igual que el campo de verano. Me encanta ese olor a dehesa, con una humedad igual a cero en el aire. Los cardos de tus fotos podrían secar con su presencia el más húmedo de los humedales. De verdad que me encantan.
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